No hablo de ropa ni música; ahí simplemente soy yo.
Hablo de no emocionarme con la vida virtual como si existieran roces y respiraciones que hablan por sí solas.
Nada sustituye, ni siquiera se acerca, a que respires contra mi piel, en silencio; "estoy aquí y contigo y no quiero decir nada porque no hace falta para estar bien".
A veces un mousse de mango me deja sin palabras, pero hay sonrisas de boca y ojos que cuentan todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario