Qué pasa si la última luz que veo encendida, antes de dormir, es la de "un Sergio"?
Qué pasa si desaparecen X colonias del mercado?
Qué pasa si tomo té verde por recordar, y no por placer?
Hace no demasiado me eché a llorar mientras disolvía el azúcar de un café.
Que por qué?
Por todos los que no pude compartir con otra cafeinómana.
El dolor puede venir por un nombre o una fecha, pero eso es circunstancial; y cuando te viene porque sí?
Nadie sabe mi capacidad para aguantar la respiración, pero, de no ser por ella, me ahogaría con demasiada frecuencia.
El dolor se pasa y quedarán momentos para respirar a placer.
Recuerdo demasiado a menudo un susurro de Alejandro Sanz el primer día que fui a tu casa, porque empezaba a suceder.
Ya no duele.
Y cada día más real.
Ya no duelen los lunes 13, los 17 ni tantos lugares, como bares.
He vuelto a pisar parques y escuchar canciones tan llenas de odio como de nostalgia, sin querer retener o cambiar nada.
Simplemente porque me hacen ser quien soy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario