Siempre serendipia.
Confirmado.
Termino el año con un buen hábito que me salvó el verano.
Y es que, aunque haya aprendido a filtrar emociones y pensamientos, en caso de saturación, toca vaciarse.
Hay momentos pequeños de presente que fuerzan aullidos de pasado.
Y aunque no valga de mucho, menos vale huir.
Si me veis escribiendo, esté donde esté, no me lo prohibais.
Explotar es tan simple como eso.
Por qué tengo que dusimular y aparentar que me importan X personas?
Vale que me callo, demasiado, cosas que duelen, palabras que atraviesan.
Vale que de aquí no se salva nadie, que todos tenemos un vertedero de historias.
Pero yo no voy q fingir que todo va super bien.
Parece que lo único importante es saber hacer cosas, tener, comprar, viajar etc.
Y vivir para cuándo?
Disfrutar de cada respiración, sin estar pendiente de si es bonito o no.
Que la vida no esun instagram con mil filtros.
Se habla muy q coña de temas serios.
Sin criterio.
Las pensiones van como el culo, pero hablar de suicidio o depresiones es un puto chiste.
Cuando no vantan separados.
Son las 2 opciones cuando una vida baja del 50% en calidad.
Y mientras, juntate con gente, cuenta chistes que ni siquiera entiendes, capas de maquillaje, esmalte y sonrisas de mentira.
Yo paso.
En X serie televisiva cierto personaje se escuda muchocon... me pilló conlas defensas bajas. Ni que todas las situaciones fueran catarros.
Y yo no sé si por las fechas, estar con catarro o por gilipollas, que todo puede ser, lo he llevado bien, sin vacíos, sin vómitos, pero duele TANTO cuando alguien habla a coña de algo muy serio...
Que no se sabe reaccionar.
Sí, he vomitado al llegar a casa. Y no sólo gástricamente.
No puedo reprochar porque casi nadie sabe lo desastre que he sido, pero si puedo cabrearme conmigo.
Si hay confianza para café, debería haberla para un "por favor, calla".
Por qué no has reaccionado?
Por qué no has apretado la mandíbula?
Bueno, creo que ése ya es un mal hábito todos los días.
Hay quien fuma y quien fuerza la normalidad.
No pienses.
No recuerdes.
No te agobies.
Y no digas no.
Claro, espérate. Que en un pispas dejo de ser yo, sólo para complacer.
Pues va a ser que no.
Aunque el pasado ya casi ni duela, ver las tonterías que se siguen haciendo... duele también.
Llamar amor a... conveniencia, polvos asegurados?
2 visitas anuales siendo de la misma provincia cuando hay más encuentros con gente a kilómetros?
Tener que explicar todo lo que no ha importado a nadie en un año?
Cosas así.
Dejo de seguir ciertas páginas, para que no duela, pero hay días intensos.
Un vídeo de gatos, animal que me pone histérica, casi me hace llorar.
Fuerte no?
Ya ni hablamos de ésos que se cuelan porque toca, ballet cascanueces, otro con telas y otro y otro y otro.
Stop.
Qué te pasa? Escríbelo.
Estoy intentando planificar mis pasos de mañana. No quiero más bola falsa de la necesaria.
No voy a pisar la panadería ni cruzar ningún paso de cebra más allá de los de la cena.
Respira.
Te agobias con tonterías.
Respira más.
Tengo un mono de tus brazos... de que me crujas por dentro, para hacer clic.
No quiero estar mareada.
Hoy no salgo ni loca.
Y en una semana, party.
Mañana vas a X, llamas a Y y preguntas todo.
Respira.
No te hundas, no te sientas pequeña, que la lías.
No lloreso sí, por qué no.
Mejor hoy que la semana que viene.
Respira.
Decidete, joder.
Estás que no estás.
El tiempo sigue avanzando, a su ritmo, no al de nadie.
Y nosotros siempre adaptándonos a otros, como borregos.
Creo que lo aprendí con la película de Alicia a través del espejo.
Todo lo que quisieras cambiar del pasado, además de imposible sería inútil, porque pasaría lo mismo.
La única opción sería la forma de verlo.
"Me dejó porque quería sexo y yo no"
"Me dejó porque respetó mi decisión"
Es la comparación que me viene más fácil a la mente.
El tiempo, pese a no curar nada (porque NO LO HACE), ya cambiará las decisiones de cada uno.
Se dice mucho eso de Soy fiel a mí mism@.
Yo no soy fiel, sino leal.
El respeto.
La confianza.
La entereza.
Porque "Total, ya se rompió". Para qué proteger los trozos rotos?"
"El tiempo todo lo cura" No sé qué decirte.
Te levantas de la cama y te da por poner youtube.
Nunca será siempre.
Esto que, con tensión bajo mínimos, tropiezas y tiras chicles, el mando de la TV y algo más.
No te rompas, que vas bien.
Llueve. Te sienta mal el café y te asaltan recuerdos, olores, nombres.
Las fechas que duelen por encima de otras.
Las competiciones que quieres olvidar pero no puedes.
"Guardar rencor te hace mala persona"
"No hables mal"
Venga ya, de verdad.
Peores serán siempre los motivos para ese rencor.
Y si lo peor que sale de mí son palabras, fijate qué suerte.
"Te dejas llevar demasiado"
"Superalo"
Cállate anda.
Feliz navidad, porque toca.
Hijos para cuándo?
Cómo no guardas buen recuerdo de ... lo que sea?
Hoy me da bastante igual que se lea esto o no. Casi prefiero que no.
Por muchas metas cortas que tenga o "calma"... hoy he roto.
Y no sé cómo va a reaccionar mi cuerpo.
Porque tomar un café y ver ESE coche parece un chiste.
Te encuentras a dos personas que conociste por un maldito error. Porque eso es lo que fue.
Un error que reabrió heridas y que aun hoy sangra a veces.
Tantas cosas por hacer y tanto odio despierto.
Solo a veces busco nombres en facebook a ver qué partes de su vida se atreven a compartir.
Sueño con regresos imposibles, que creo necesitar, pero que también implicarían un csmbio insoportable a mi realidad.
Retroceder en el tiempo y pisar aulas de madera y espejos, calzar puntas, gel de brillantina y mil horquillas, pero sin saber valorar compases de música más allá de pianos.
Regresar a cumpleaños llenos de bolas de plástico y toboganes azules, pero sin distinguir los amigos de verdad.
Gotas de mayfer mezclada con Rey León, pero sin lecciones de Hugo Boss, Azul o Black XS.
Nesquik a cucharadas, pero también fue chaca con mayonesa y filetes con especia moruna.
Té verde con una ramita de hierbabuena, mojitos en el Ambigú y alguna vez besos de cerveza y nestea.
No quiero volver, ni por todos los cafés con leche y acordes de guitarra del mundo.
Paredes multicolor y un post-it que prohibe gritos y violencia.
Esa es la diferencia. Antes podían servirme muebles blancps y huidas a Idhún o los claros del bosque Mercy Falls.
Mis últimas escapadas han sido... mar y arena. Y piel.
Lo demás sobra.
Paredes naranjas, verde lima y manzana.
La cocina tenía que ser roja.
Y elefantes nunca sobran.
El sofá tenía que ser azul y un rincón de yoga imprescindible.
Habrán cenas, risas y sonrisas.
No salgas a la calle, que el suelo helado es una pesadilla para tus articulaciones y probables caídas.
No abras Facebook, la Manada y similares siguen por todas partes para revolverte el estómago.
No pongas canales con publicidad. Apatecerán anuncios de turrón, de juguetes, de promociones navideñas de supermercados.
No deberíqs ojear Amazon o Wish, sombreritos rojos, manteles navideños...
Querîa seguir, pero mis pensamientos y mis ojos no me lo permiten.
Funcionó lo de no mordermde los labios.
No comparar a las personas con otras que ya no.
Sentir ilusión con bebés, y nada más.
Desprenderme del máximo de pasado.
Y este año qué?
Retomar italiano?
Conseguir alzarme sobre puntas y hacer un grand jeté?
Ser menos romántica?
Escribir menos?
Perder miedo al agua?
Por lo menos convivo con el edredón de Sergio y los elefantes de mi madre.
Camino distancias cada vez mayores, cada domingo.
Puede que me anime a utilizar máquina de coser.
Sustituyo las fechas que duelen, para en caso de nostalgia recuerde otros colores.
Tras mi pequeña reflexión de ayer, estoy más tranquila.
Sé porqué no me gusta la navidad, por un motivo más.
Añoranza de otro tiempo que no va a volver, paraguas con dibujitos, zapatos en la terraza que amanecían llenos de chuches, muñecos de nieve en el parque de casa con unos vecinos.
La humedad me duele, pero es necesaria. Pero la nieve mata. Casi echo de menos hielo para resbalar.
Duele menos.
Y mucha gente me mira raro, como si estuviera loca. Cómo no vas a creer en la navidad?
Pues porque estas reuniones de tanto sentimiento y consumismo no quedan restringidas a la última semana del año.
Hay grupos de whatsapp que se parecen a reuniones familiares más que otras competiciones de dolor.
Creo que hice algo parecido con mi primo y alguna peleilla de nieve, pero nunca fue lo mismo.
Este año intuyo que no será tan doloroso aunque no estés, pero imagino que la nieve es como ese midelo de coche que ya no hacen.
Duele, aunque no juegue, aunque no me suba.
Es agua, es natural, es vital.
Pero la sensación es la misma que querer bailar pero agradecer mi presente.
No lo cambiaría, pero hay nostalgia.
Pienso cosas demasiado profundas para no ser criticadas online.
